La identidad de género es la parte subjetiva que tiene una persona sobre su identidad. En la identidad de género van a influir los contextos culturales, experiencias individuales y colectivas… Se trata de una construcción social. Dentro de la identidad trans mencionado en los puntos anteriores como transgénero, existen dos tipos de identidad de género. Hay muchas identidades recogidas, puesto que hay personas que sí pueden etiquetar ese no binarismo de una forma concreta, mientras que hay otras que simplemente se definen bajo la etiqueta de «no binario». Veamos algunas de estas identidades. Así, por ejemplo, una persona que defina su identidad bajo esta etiqueta, puede verse identificade tanto con el género femenino, el masculino y el no binario, pero ninguno podría definir solo y exclusivamente su experiencia con respecto a la identidad. La identidad de género denominada como bigénero es aquella experiencia en la que una persona se identifica con dos géneros a la vez. Una persona de género fluido o genderfluid, como se dice en inglés y como se ha popularizado mucho entre las comunidades de habla hispana podría ser, por ejemplo, una persona cuya identidad y expresión de género fluyera del género femenino a no binario. Aunque pueda parecerse mucho a la identidad de bigénero, vemos diferencias claras.
Una vida sexual sana es importante para disfrutar de una buena salud en cualquier adulto, pues la sexualidad es una parte integral de la personalidad de todo ser humano. El placer sexual reduce el estrés y el dolor, combate los signos de la depresión, mejora el sueño, estimula el sistema inmune… Por todo ello, cuando el equipo de IM GENDER aborda una cirugía genital en una persona trans, su sexualidad tiene un punto muy relevante a la hora de diseñar la intervención. Por ello hoy abordamos el orgasmo en personas trans operadas. En el caso del hombre, su principal zona erógena es la del pene, especialmente el glande. En esta zona encontramos el nervio pudendo que es el responsable de llevar la sensibilidad erógena a toda la zona genital. De la misma manera, en la mujer tiene una zona erógena intensa en la zona del clítoris, pero también existe una zona erógena y placentera intravaginal, que en algunos casos recibe el nombre de punto G. Se ha escrito y hablado mucho sobre los mitos y realidades del orgasmo en personas transgénero operadas. Este índice de éxito en mujeres trans operadas se explica porque para realizar el clítoris en una vaginoplastia se utiliza una porción de glande del pene, así como todos sus nervios. Mantener todo el pedículo vascular-nervioso del glande en el nuevo clítoris permite mantener la sensibilidad erógena de manera que pueden tener relaciones sexuales satisfactorias con orgasmo o, incluso, con multiorgasmos en algunas ocasiones.
